El marisco se encuentra entre las delicias del
mar más codiciadas del mercado. Este manjar, con arraigo en la gastronomía
española, se convierte en protagonista culinario e invitado de excepción a la
mesa en fechas festivas como la Navidad.
Como bien sabéis, entre sus variedades se
pueden diferenciar los crustáceos, es decir, aquellos que poseen caparazón,
como las gambas, los langostinos o las cigalas; y los moluscos, característicos
por su concha. Hay quien incluye además los cefalópodos -calamares, sepias,
pulpo, pota- en la categoría de marisco.
Cada variedad posee características
específicas, pero la mayoría comparte importantes propiedades nutricionales y
beneficios más allá de un exquisito sabor. Y aunque cualquier excusa en buena
para disfrutar de esta delicatesen marina, resumimos cinco ventajas de su
consumo:
1.
Fuente de Omega 3
Las proteínas de los mariscos son de elevado
valor biológico al ser de origen animal y contener Omega 3, muy beneficioso
para prevenir enfermedades cardiovasculares.
2.
No está reñido con la báscula
Por su bajo contenido graso y calórico -las
grasas no llegan al 2% de su composición- los mariscos no están reñidos con las
dietas. Si quieres cuidar la línea sin privarte a la hora de salir de tapas, no
lo dudes, elige marisco.
3.
Contiene importantes valores nutricionales
Pese a sus reducidas grasas, el marisco es rico
en vitaminas y minerales. Así, la mayoría de las variedades contienen en mayor
o menor medida vitamina A, ideal para el cuidado de la piel y la vista en
verano, vitamina E, antioxidante, y vitaminas del complejo B, entre estas ácido
fólico, beneficioso contra la anemia.
4.
Un alimento saludable
Si bien el marisco debe consumirse con mesura
si se padece colesterol o hipertensión, por el ácido úrico que contiene, en
líneas generales se trata de un alimento beneficioso para la salud por sus
propiedades nutricionales. Por su alto valor proteico y sus minerales, se
recomienda entre deportistas ya que mejora el funcionamiento del sistema nervioso
y muscular. Además, como ya hemos comentado, previene problemas cardíacos por
su contenido en grasas poliinsaturadas Omega 3.
Entre los minerales presentes en el marisco
destacan el potasio (muy importante para los músculos y el sistema nervioso,
así como para la regulación del agua en el organismo), el sodio (también
esencial para regular el líquido en el cuerpo), el yodo (que además de prevenir
el bocio o hipotiroidismo es necesario para el metabolismo), el magnesio (que
fortalece los huesos, al ayudar a fijar el calcio, combate la diabetes y
contrarresta el insomnio, el estrés y la depresión, ya que ayuda a regular la
serotonina, sustancia de la que depende el estado de ánimo) y el zinc, que
favorece el sistema inmune previniendo infecciones, mejora la fertilidad, tanto
femenina como masculina, favorece la capacidad cognitiva y ayuda a absorber
nutrientes, entre otros beneficios.
Determinadas variedades como las almejas son
ricas en hierro y otras como los langostinos sobresalen por su contenido en
calcio. También las hay célebres por sus propiedades afrodisíacas. Las ostras,
entre éstas.
5.
Un manjar gastronómico
El marisco protagoniza un sinfín de recetas.
Tanto la cocina tradicional como la más vanguardista incluyen este producto
entre sus platos. Ya sea cocido, frito, a la plancha, con distintas salsas… el
potencial culinario de estos frutos del mar, solos o acompañados, es de sobra
conocido. Y su sabor celebrado como pocos.
Fuente: Mariscos Apolo.
Fuente: Mariscos Apolo.